Murray se sincera sobre su fracaso con Djokovic: "Me decepcionó no conseguir los resultados esperados"
Andy Murray ha vuelto a poner sobre la mesa la polémica de su breve pero intensa experiencia como entrenador de Novak Djokovic. El escocés, siempre directo, no se ha cortado a la hora de admitir que las cosas no salieron como esperaba con el serbio.
En una entrevista para The Tennis Podcast, Murray ha desvelado los entresijos de lo que fue entrenar a una de las mayores leyendas del tenis mundial. "No es solo uno de los mejores tenistas, sino uno de los mejores deportistas de todos los tiempos", reconoce el británico, aunque su tono deja entrever cierta frustración.
La lesión que lo cambió todo
Para Murray, el punto de inflexión que marcó el final de su relación profesional con Djokovic se produjo en el Open de Australia: "Tuvo muy mala suerte al lesionarse en Australia, jugó un tenis ridículamente bueno allí. La lesión hizo que tanto él como el equipo lo pasáramos mal durante unos meses".
Esta lesión supuso un frenazo en seco que impidió que Djokovic cumpliera con las expectativas, lo que llevó a su separación de Murray en mayo, apenas seis meses después de comenzar su colaboración. "Me decepcionó no obtener los resultados que me hubieran gustado para él", admite con honestidad el extenista.
Métodos de entrenamiento revolucionarios
Una de las cosas que más llamó la atención a Murray fue la forma de entrenar del equipo de Djokovic: "Su preparador físico siempre lo tenía entrenando en ambientes diferentes durante la pretemporada. Si un día hacía una sesión nadando, al siguiente lo llevaba a correr a la playa, a jugar al baloncesto o lo sacaba en bici".
Este método contrastaba radicalmente con lo que Murray había experimentado como jugador: "Era una forma de entrenar muy diferente a la que yo tenía en su momento, que no era tan estimulante".
La anécdota más humillante
Murray también ha compartido una anécdota que no guarda con especial cariño de su debut como entrenador de Djokovic: "El primer día que lo entrené, me pidió ir a correr con él un rato tras pelotear en la pista. Le advertí de que no estaba en mi mejor forma".
Lo que parecía un trote suave se convirtió en una tortura para el escocés: "A los cinco minutos mi gemelo izquierdo empezó a acalambrarse, pero no me atreví a decir nada porque era algo humillante. Aguanté el dolor como pude durante los 50 minutos que estuvimos corriendo".
El momento de gloria
Sin embargo, no todo fueron decepciones. Murray destaca como su mejor momento la victoria de Djokovic ante Carlos Alcaraz en los cuartos de final del Open de Australia: "Empezamos a preparar ese tipo de enfrentamientos durante la pretemporada junto a su analista. Invertimos mucho tiempo en la estrategia".
"Sabíamos cómo había que jugar contra él para poder ganarle. Pero hay una diferencia entre visualizar eso y ejecutarlo a la hora de la verdad. Sin embargo, Nole fue capaz de hacer un partido perfecto", concluye Murray, quien admite que "la euforia que siente en la pista como tenista es superior" a la que experimentó como entrenador.
